Miércoles, 16 de mayo, 2018
Buada Blondell , Gabriela

Son muchas las personas trans en Venezuela que se les continúan vulnerando sus derechos, y es porque, en medio de la emergencia humanitaria compleja el acceso a la salud y a la alimentación no se les garantiza por completo


Es horrible solo pensar lo que significa permanecer en una cola por más de 18 horas, pasando lluvia, frío y hambre junto a muchas personas que te miran como si te fueran a matar, con rabia y comentarios de burlas porque tienes una apariencia distinta. Así lo afirma Crismar Landae para resumir la experiencia que vive en estos tiempos donde comprar comida, medicinas y acceder al servicio público de salud es un peregrinaje para cualquier venezolano y más para las personas trans.

“Después de hacer una cola, nunca me han dicho que no me venderán algún producto porque mi documento de identidad dice un nombre masculino, pero esta suerte también tiene mucho que ver en que yo trato de ser agradable con los cajeros y los vendedores y les digo de una vez que tengo un nombre masculino, aunque es inevitable los comentarios que exaltan la incongruencia entre mi apariencia física y el nombre que refleja mi cédula” afirmó Crismar resaltando que su personalidad carismática y el conocimiento de sus derechos hace que no pase con frecuencia por situaciones discriminatorias.

Sin embargo, resalta que muchos de sus amigos y amigas de la comunidad trans no ha corrido con la misma suerte y si les han negado su derecho a comprar comida o medicinas. 

La también activista de Acción Solidaria, organización que tiene más de 20 años trabajando por los derechos de las personas con VIH/Sida en Venezuela, afirma que la misma situación se presenta en los centros de salud pública, donde la discriminación y la vulneración de derechos suele ser la orden que ejecutan muchos profesionales de la salud.  

“Hace algún tiempo asistí a El Algodonal (Hospital caraqueño) para realizarme una placa y el médico que me atendió se puso furioso cuando me pidió que me quitara la ropa y constató que yo no tenía senos. Fue un momento terrible el que viví porque me dijo que si él hubiese sabido que yo era un hombre, no me habría atendido en el consultorio”.

Crismar está convencida en que formar parte de Acción Solidaria le ha brindado las herramientas para exigir sus derechos y también para ser multiplicadora de información y hacer que más personas conozcan que nacer con el cuerpo equivocado no te hace diferente y menos justifica o normaliza las burlas y constantes discriminaciones a las que está expuesta.

Contra la discriminación

En Venezuela urge que las necesidades de las poblaciones sean atendidas, las personas transexuales y LGBTI suelen ser discriminadas y esto sucede con frecuencia, lo peor es que normaliza porque las leyes están supeditadas a decisiones o posiciones morales que en virtud de la realidad exponen a estos grupos a vivir en contantes situaciones de vulnerabilidad.

Es importante que se adopten medidas en favor de personas trans y que se fundamenten en el consentimiento libre e informado y que no contengan requisitos patologizantes como lo son permitir que las empresas tanto públicas como privadas soliciten certificados psicológicos, psiquiátricos o exámenes médicos para ejercer alguna profesión, optar por algún empleo o cursar alguna carrera universitaria.

El derecho a un trabajo digno debe ser incluido en todas las legislaciones ya que las personas trans deben tener acceso a un lugar donde realizar labores remuneradas para dar paso a un mayor ejercicio de sus derechos económicos y sociales. De igual forma, los derechos que corresponden al ámbito educativo deben estar garantizados por los Estados quienes con gestiones y otorgamiento de becas y planes de estudio integradores podrían lograr igualdad para esta comunidad.

Es urgente incluir la perspectiva de diversidad sexual en toda la atención sanitaria sin dar paso a actos discriminatorios para así lograr mejoras en la atención y el acceso a los servicios de salud para de las personas LGBTI.

Amnistía Internacional Venezuela, como parte de su labor por el respeto de los derechos humanos para todas las personas sin distinción, también ha solicitado en varias oportunidades la discusión en plenaria de una Ley que reconozca la identidad de género y permita el cambio de nombre y sexo legal, debido a que las personas trans son discriminadas diariamente, sobre todo en la actualidad con lo que tiene que ver expresamente al acceso de alimentos, medicinas, salud, justicia, libre tránsito (alcabalas y aeropuertos), educación y trabajo por tener un documento de identidad que no las representa.