Lunes, 24 de febrero, 2020
Damiano, Daniela

Kluiber Roa, de tan solo 14 años, era estudiante del 8vo grado en el Liceo Agustin Codazzi del estado Táchira. Fue asesinado el 24 de febrero del 2015 por un funcionario policial que decidió dispararle a la cabeza cuando Kluiber huía para resguardar su vida. Al día de hoy, 5 años después de lo sucedido, solo un funcionario se encuentra tras las rejas, cuando otros 11 más están involucrados en su caso


La mañana del 24 de febrero de 2015 se llevaba a cabo en la Universidad Católica del Táchira (UCAT) una manifestación por parte de los estudiantes de dicha universidad, la cual estaba siendo “controlada” (reprimida) por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). En las adyacencias de dichos sucesos se encontraban también vecinos y transeúntes que observaban lo ocurrido e incluso gritaban a los funcionarios que cesaran el ataque químico -bombas lacrimógenas-  hacia los estudiantes y la comunidad.

A eso de las 11:15 am Kluiber había salido de clases y se dirigía a casa, pero se encontró con lo que ocurría y se detuvo a observar, pero no corrió con la “suerte” de salir ileso de los hechos.

Los policías, bajo una orden de uno de los funcionarios presente, comenzaron a atacar con perdigones al grupo de personas que pacíficamente veía lo que estaba ocurriendo, ante lo cual, comenzaron a correr para resguardar su vida.

Kluiber era una de esas personas que corrió para resguardarse, pero fue perseguido por una moto con dos funcionarios, Javier Mora -hoy condenado y tras las rejas- iba de parrillero en esa moto y se bajó persiguiendo al menor, apuntándolo con una escopeta a la cabeza y ordenándole que se detuviera, pero Kluiber además es interceptado por otra moto para que no avanzará más y detuviera su carrera.

Con todo esto, el adolescente se detiene y coloca sus manos en la cabeza suplicando “por favor no me mate (…) no me mate” a lo que el funcionario Javier Mora accionó la escopeta, causando una lesión mortal en la cabeza de Kluiber.

Los otros dos funcionarios que lo acompañaban, el oficial Jesús Alberto Arias –quien conducía la moto donde iba Javier Mora- y el oficial Jesús Manuel Granado –quien conducía la moto que interceptó al menor para que no avanzara- trataron de sustraer el cuerpo, alegando ante los vecinos que se trataba de evidencia y no podían dejarlo allí. Demás funcionarios que también se encontraban en el lugar, comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas para dispersar a las personas que observaron lo ocurrido, pero los vecinos y/o transeúntes comenzaron a prestarle auxilio al adolescente e impidieron que se llevaran el cuerpo.    

Los funcionarios al ver que no podían llevarse el cuerpo, huyeron del lugar, trasladando con ellos al autor del disparo. Los vecinos del sector lograron conseguir la ayuda de una empresa de ambulancias para trasladar el cuerpo del adolescente pero fallece al ingresar al Hospital Central del Táchira.

A cinco años de lo ocurrido, solo un funcionario fue detenido, cuando sus representantes legales señalan que 11 oficiales más de diferentes maneras participaron  del asesinato de Kluiber.

Todos aquellos funcionarios involucrados en su muerte deben ser identificados, llevados ante la justicia y ser sancionados. Su muerte no debe quedar impune.