Lunes, 28 de septiembre, 2020
Rojas, Mildred

El Estado debe adoptar las medidas legislativas para que, hasta el máximo de los recursos disponibles, se garantice a todas las personas el avance progresivo de la plena efectividad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales


Los Aragüeños cada día sufren la calamidad de no tener servicios públicos de calidad: aseo urbano, agua potable, gas, transporte, telefonía se suman a la lista de la ya casi ausente energía eléctrica. Una verdadera odisea que ya deja cicatrices en el rostro de quienes buscan apañarse la vida.

La ausencia o intermitencia de los servicios públicos en el estado Aragua hace que la vida de las personas sea aún más difícil porque son ellas mismas las que deben surtirse de agua potable que cargan desde largas distancias hacia sus hogares, lo mismo ocurre con el gas que muchas veces deben pagarlo a precios altos por su poca disponibilidad o el casi inexisten trasporte público que obliga a las personas a quedarse en sus casas y suspender sus actividades laborales, estudiantiles y hasta médicas.

El aseo urbano ya es un problema de salud publica

La problemática de la basura en el estado Aragua es estructural y multidimensional pues concurre un conjunto de factores que interactúan de distinta forma requiriéndose para ello un abordaje sistémico e integral, en el que participan varios factores que producen una mayor generación de residuos y desechos, afectando la capacidad de carga de los vertederos existentes, adicionalmente incrementando los gases de efecto invernadero.

Bajo este contexto, en los últimos años el Estado Aragua presenta sistemáticamente serios problemas en la recolección, transporte y disposición final de la basura producto de las constantes improvisaciones por parte de los gobiernos locales quienes de acuerdo a la Ley Orgánica del Régimen Municipal tienen esta competencia. Se puede apreciar que los Municipios como Mario Briceño Iragorry, Santiago Mariño, Francisco Linares, Alcántara, José Ángel Lamas entre otros, carecen de rellenos sanitarios, generándose vertederos a cielo abierto en toda la geografía de la ciudad lo que complica la situación.

El colapso de los vertederos, al no existir una planificación para su operación, ha llevado a la contaminación de zonas acuíferas que conlleva a la existencia de pasivos ambientales que deberán ser tratados en el corto plazo. La operación de dichos vertederos se hace cada día más complicado, ya que las máquinas no pueden realizar de forma efectiva labores como el adecuado compactado del terreno, la aireación de los residuos para eliminar acumulación de gas metano por ausencia del trazado de vías y separación de patios, aumentando el número de incendios y la proliferación de vectores trasmisores de enfermedades.

Ello, sin duda, será en el mediano plazo un problema de salud pública que generará una aguda crisis en la prestación del servicio de aseo. Se ha hecho costumbre ver en las distintas calles vertederos a cielo abierto donde los vecinos acumulan la basura por no contar con un servicio adecuado de recolección.

 

La batalla por conseguir una bombona

El gas doméstico imprescindible para la confección de alimentos, obtenerlo hoy día es una verdadera batalla entre quienes lo requieren y quienes lo controlan.  

María Ortuño, residente de la comunidad La Esmeraldita en el Municipio Girardot del estado Aragua, detalla que conseguir una bombona de gas es una verdadera odisea, un calvario que inicia con averiguar dónde pueden recargar la bombona.

“La falta de un centro de llenado público de gas ha traído consigo que algunas personas hagan negocios ilegales con el gas vendiéndolo a precios más elevados o nos deja a merced de las gestiones del Consejo Comunal quien coordina el operativa a través de instancias gubernamentales, a veces la materialización de estas gestiones puede tardar semanas”, indicó Ortuño.  

Anteriormente, con solo llamar a la oficina de la empresa el camión no solo traía la bombona, sino que también la instalaba en el hogar. Muchas personas optan por tener una pequeña cocina eléctrica en casa para preparar los alimentos mientras se consigue el gas y rogar porque no se vaya la luz; de lo contrario, la única opción que queda para preparar sus alimentos es a través de la leña.

“La vida se nos está yendo entre buscar alimentos, el gas, el agua, andar a pie porque las busetas no pasan y pare usted de contar. Esto no es vida”, lamentó Ortuño

 

En comunidades donde los ciudadanos no apoyan las políticas del gobierno, los operativos de distribución del gas no se hacen mensualmente, sino cada tres o cuatro meses mientras que lo normal es que se realice cada 21 días.

Esto trae como consecuencia que existen personas que se ponen en contacto con alguno de los distribuidores de gas y comienzan el negocio especulando y vendiendo a precios exorbitantes.

Ilegalmente, la Bombona de 10 kilos la revenden en 100.000 BsS (valor real sugerido 20.000 BsS); bombona de 18 kilos en 150.000 BsS (valor real sugerido 60.000 BsS); bombona de 27 kilos 250.000 BsS (valor real sugerido 70.000 BsS); bombona de 43 kilos en 300.000 BsS (valor real sugerido 110.000 BsS).

El agua que llega ya no es potable

Vecinos de varias comunidades aragüeñas denuncian que tienen más de un mes sin recibir agua por tuberías y cuando llega a sus hogares es de dudosa calidad por su turbia coloración y mal olor.

Quienes dependen del suministro de agua potable del Acueducto Regional del Centro están bajo la suerte de una lotería. No se sabe con exactitud cuando llega el agua. Las severas fugas de este mega acueducto, aunado a los continuos cortes de energía eléctrica hacen que su capacidad operativa se vea diezmada en más de un 30% y los que pagan esta terrible consecuencia son los usuarios porque no cuentan de manera oportuna con la cantidad de agua suficiente para cubrir sus necesidades básicas teniendo que casi a diario comprar agua embotellada.

Por otra parte, cuando llega por las tuberías a veces ha transcurrido un mes y esta viene con mal olor. Frente a la sospecha de su mala calidad, no se consume y solo se utiliza para otros quehaceres del hogar que no ponga en riesgo la salud de la familia, como bajar la tanquilla de la poceta o regar las plantas.

De igual manera, este abastecimiento es muy precario debido a que el suministro del vital líquido solo dura por espacio de 3 horas aproximadamente.

“Esperar un mes para recibir un agua de mala calidad por espacio de 3 horas es una flagrante violación a nuestro derecho humano a recibirla de manera constante, suficiente e inocua”, dijo Diana Loreto habitante de Maracay.  

Hasta el presente ninguna autoridad de la Hidrológica del Centro ha podido explicar a los ciudadanos qué está pasando, por qué existen fallas en el suministro y por qué llega de mala calidad. Esta incertidumbre tiene severas connotaciones para los habitantes del estado Aragua pues personas de la tercera edad, amas de casas y niños a menudo se ven transitar con carruchas improvisadas buscando el vital líquido por doquier para poder cubrir un mínimo de sus necesidades de higiene y alimentación dentro del hogar.

Transporte público casi no existe  

Desde que el Estado no cubre los requerimientos en cuanto a baterías, cauchos, otros, este gremio decidió cumplir medianamente con el servicio estableciendo las rutas a conveniencia e ignorando las coordinadas por las Alcaldías. Tal es el caso de la Unión Los Samanes y Unión José Gregorio Hernández del Municipio Girardot de Maracay. Unión José Gregorio Hernández dejo de hacer el recorrido por ciertas calles acortando su ruta y pasando por dos vías principales. Los usuarios a cualquier hora del día se ven obligados a caminar distancias largas para tomar una unidad e igualmente sucede con la ruta de Unión los Samanes, la cual dejo de pasar por las Comunidades de la Punta, Mata Redonda la Esmeralda, José Casanova Godoy y Urbanización San Carlos desde hace aproximadamente 4 años.

Pocas unidades de transporte trabajando y en general se encuentran en malas condiciones de mecánica, cauchos y asientos. Los usuarios son maltratados, montan en las unidades exceso de pasajeros, cobran el pasaje que quieren, no existe el pasaje interno dentro de un mismo sector o parroquia, tampoco el preferencial para estudiantes, personas de la tercera edad y con discapacidad.
Muchos transportistas salen de sus rutas para trabajar en otras y cobrar el pasaje más costoso, trabajan hasta la hora que quieren y les conviene, muchos ni siquiera cumplen con la ruta que ellos mismos establecen y otros están trabajando para empresas como transporte privado del personal. En las pocas paradas designadas por los transportistas, se observan grandes colas de usuarios a diferentes horas del día para poder salir de sus comunidades a trabajar y a hacer diligencias como también para regresar a sus hogares 

Ni teléfono ni internet

El servicio de telefonía nacional Cantv e Internet tiene aproximadamente dos años intermitente en el Estado. En el sector La Esmeralda, municipio Girardot, está ubicada una central telefónica de la que dependen 33 comunidades de la zona sur de Maracay y por ende comercios, centros de salud e instituciones educativas. La misma fue desmantelada, equipos dañados y otros robados como también los cables. A raíz de esta situación surgió un movimiento vecinal formado por voceros de las diferentes comunidades quienes hicieron oficios y llevaron ante Cantv y Conatel la denuncia correspondiente, pero no hicieron caso.

Vecinos han denunciado que han tenido que pagar a trabajadores de Cantv en dólares para que les restituyan el servicio de internet y telefonía fija, mientras los que hacen su reclamo en las oficinas no reciben respuesta o han esperado meses y años para que su servicio sea restablecido.  

Aquellos que tienen internet dicen que el servicio se presenta de manera intermitente. Estas personas reciben el servicio por pocas horas al día y otras duran hasta una semana sin poder navegar.  

El Estado debe adoptar las medidas legislativas para que, hasta el máximo de los recursos disponibles, se garantice a todas las personas el avance progresivo de la plena efectividad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) conforme lo establece el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Garantizar a todas las personas el acceso y disfrute de los DESCA, sin discriminación alguna, de acuerdo al artículo tercero del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador".