Miércoles, 28 de agosto, 2024
Hernández, Daniel

De las 8 millones de personas venezolanas que han migrado, 70% se encuentra en Latinoamérica, generando la crisis humanitaria más grande de la región. La grave crisis de derechos humanos lo que los motiva a huir de su país


Amnistía Internacional realizó el Skillshare“Derechos y realidades de las personas venezolanas en Colombia”, donde se intercambiaron reflexiones y experiencias en base al aumento del flujo migratorio y los desafíos cada vez más intensos que deben atravesar las personas migrantes y refugiadas venezolanas.

La actividad contó con la participación de Nastassja Rojas, directora adjunta de AI Venezuela; Gina Romero, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación; Erika Guevara Rosas, Directora senior de investigación, incidencia, políticas y campañas de Amnistía Internacional; Ana María Moreno del Banco Mundial y otros invitados expertos que conversaron sobre los derechos laborales y de la seguridad social y acceso a la vivienda digna y servicios básicos.

Rojas inició comentando que es crucial que los gobiernos actúen en conjunto con la sociedad civil para proteger los derechos de todas las personas, independientemente de su origen o estatus migratorio, así como implementar políticas inclusivas, que garanticen el trabajo digno, acceso a la seguridad social y a una vivienda adecuada. Recalcó que todo esto es fundamental para construir una sociedad más justa y segura.

Libertad de expresión y asociación como base para los DESCA

Con respecto a eso, Romero añadió que la garantía de la libertad de expresión y libre asociación es lo que permite que los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) se puedan ejercer correctamente. Al margen de esto, destacó que la asociación civil apoya y facilita el acceso a los servicios de salud, vivienda, educación y recreación, pero que todo esto es posible gracias a que las personas se juntan para buscar soluciones a los problemas, es decir, el derecho a la libre asociación y libertad de expresión fundamentan la posibilidad de tener una vida digna.

Enfatizó el hecho de que la asociación pacífica no es únicamente juntarte para conseguir lo anteriormente mencionado, sino que también es realizar protestas o manifestaciones pacíficas, e incluso sindicatos, para acelerar u optimizar el cumplimiento de tales derechos, ya sea por actores estatales o no estatales. 

Continuó comentando sobre la importancia de las reuniones culturales para el refuerzo de la identidad en el exilio. “Al migrar, muchas de las prácticas realizadas en sus países se dejan de hacer, prácticas que conforman la propia identidad y de no ser por estas reuniones, no se podrían transmitir de generación en generación”.

Desafíos de la migración venezolana