Jueves, 13 de septiembre, 2018

“La actual epidemia de cólera es una terrible consecuencia de la falta de inversión y gestión, por parte de Zimbabue, tanto de las infraestructuras básicas de agua y saneamiento como de su sistema de atención médica. Es espantoso que, en 2018, la gente siga muriendo de una enfermedad prevenible”, ha manifestado Jessica Pwiti, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Zimbabue


Las autoridades de Zimbabue deben tomar medidas urgentes para detener y abordar la epidemia de cólera que, hasta ahora, se ha cobrado 20 vidas. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional después de que el gobierno declarara hoy el brote epidémico desastre nacional.

Los casos iniciales de cólera se notificaron en Gweru y Harare el mes pasado, y la capital es ahora la zona más afectada, con más de 15 muertes confirmadas por la enfermedad infecciosa. El brote de cólera que asoló el país en 2008, que se cobró más de 4.300 vidas. fue el mayor jamás registrado en Zimbabue. A menos que se adopten medidas urgentes, la cifra de muertes de esta epidemia actual probablemente será también alta.

“La actual epidemia de cólera es una terrible consecuencia de la falta de inversión y gestión, por parte de Zimbabue, tanto de las infraestructuras básicas de agua y saneamiento como de su sistema de atención médica. Es espantoso que, en 2018, la gente siga muriendo de una enfermedad prevenible”, ha manifestado Jessica Pwiti, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Zimbabue.

“Teniendo en cuenta lo que sucedió en 2008, el gobierno debería haber estado mejor preparado. Pero no se extrajo ninguna lección de la epidemia de 2008, y el brote y las muertes que estamos presenciando ahora ilustran una infraestructura de saneamiento aún muy deficiente y una mala gestión del alcantarillado, agravadas por la escasez de medicamentos y suministros médicos.”

En 2008, Amnistía Internacional concluyó que el fracaso del gobierno a la hora de contener y gestionar el brote de cólera había sido causado por la falta de un suministro seguro de agua potable y por unos sistemas de saneamiento muy deficientes que hacían que los residentes vivieran rodeados de aguas residuales. Sin embargo, diez años después vemos que los mismos defectos están provocando este nuevo brote.

La organización pide al gobierno que emprenda acciones inmediatas para garantizar que se previenen nuevas muertes, garantizando el acceso a atención y tratamiento médico adecuados. A más largo plazo, el gobierno debe dar prioridad a reconstruir el sistema de atención médica y las infraestructuras del país.

“El gobierno recién elegido de Zimbabue debe aprender de los errores de su predecesor y tomar medidas que impidan que la gente muera de enfermedades prevenibles. Las autoridades deben invertir en un saneamiento adecuado y una infraestructura de salud, y garantizar el acceso universal a la atención médica”, ha declarado Jessica Pwiti.

“Si Zimbabue carece de los recursos necesarios para abordar estas cuestiones, no sólo puede pedir asistencia para hacerlo, sino que el derecho internacional le obliga a hacerlo. Tal como ha admitido ahora el propio gobierno, se trata de un desastre nacional que requiere una respuesta inmediata y efectiva.”