Martes, 21 de mayo, 2019

El 17 de enero de 2018, unos agentes de la Patrulla de Fronteras de Estados Unidos detuvieron al doctor Scott Warren, defensor de los derechos humanos y voluntario de ayuda humanitaria, de 36 años de edad. El gobierno estadounidense está procesando ahora al Scott Warren por “dar refugio” presuntamente a dos personas migrantes indocumentadas proporcionándoles ayuda humanitaria en Ajo, la localidad rodeada de desierto donde vive. Si es declarado culpable de todos los cargos, se enfrenta a hasta 20 años de prisión. La detención se produjo horas después de que se publicara un informe que documentaba la destrucción deliberada, por parte de agentes de fronteras, de suministros de ayuda humanitaria en las zonas fronterizas entre Estados Unidos y México. El juicio contra Scott Warren comenzará el 29 de mayo de 2019. Las autoridades deben retirar de inmediato todos los cargos penales formulados contra él por su crucial labor humanitaria


Actúen: redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo

 

Mr. Michael Bailey

United States Attorney

District of Arizona

United States Courthouse

405 W. Congress Street, Suite 4800

Tucson, Arizona 85701

Correo-e: Michael.bailey@usdoj.gov

 

Señor Bailey:

Me dirijo a usted para instarle a retirar de inmediato los cargos contra el doctor Scott Warren (caso 4:18-cr-00223-RCC-DTF), que parecen constituir una violación por motivos políticos de sus derechos protegidos como defensor de los derechos humanos.

Las actividades voluntarias de Scott Warren y su organización asociada No Más Muertes proporcionan una ayuda humanitaria crucial dirigida a defender el derecho a la vida de las personas migrantes, y a prevenir nuevas muertes de migrantes y solicitantes de asilo en el desierto de Sonora.

Los defensores y defensoras de los derechos humanos en grupos de ayuda humanitaria, las comunidades religiosas, los grupos activistas y las comunidades que viven a lo largo de la frontera llevan muchos años brindando ayuda a estas personas migrantes.

Las leyes penales, civiles y administrativas no deben utilizarse indebidamente para atacar y acosar a los defensores y defensoras de los derechos humanos que trabajan por los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas, u otras personas cuyas vidas y otros derechos humanos corren peligro.

Los Estados deben garantizar que los defensores y defensoras de los derechos humanos y sus organizaciones pueden llevar a cabo su trabajo en un entorno seguro y propicio, sin temor a represalias.

La criminalización del acto de ayuda humanitaria y de las formas más básicas de compasión humana, independientemente de la ciudadanía, es un ataque contra los derechos humanos.

Le pido que retire de inmediato todos los cargos contra el Scott Warren.

Atentamente,

[NOMBRE]

 

Información complementaria

Scott Warren es profesor de geografía, y organizador y voluntario de ayuda humanitaria de Ajo, Arizona, Estados Unidos. Tiene un doctorado en Geografía y lleva viviendo en Ajo desde 2013. Fue detenido en Ajo, localidad situada a 56 km al norte de la frontera de Estados Unidos con México, en un corredor migratorio de unos 112 km en el desierto de Sonora, en el sur de Arizona. No Más Muertes, una de las organizaciones con las que Scott Warren colabora como voluntario, deja agua y otros artículos de ayuda humanitaria en zonas del desierto en las que se han producido muertes frecuentes de migrantes. La zona fronteriza de Arizona es la más mortal de Estados Unidos; tiene en su haber el 38,3% de las 7.242 muertes registradas en la frontera por las autoridades fronterizas estadounidenses en los últimos 20 años. La cifra real de muertes es probablemente mayor.

La detención de Scott Warren se produjo unas horas después de la publicación de un informe de No Más Muertes que documentaba la destrucción deliberada, por parte de agentes fronterizos, de suministros de ayuda humanitaria en las zonas fronterizas entre Estados Unidos y México. Hubo un vídeo que se hizo viral en el que se ve a agentes de la Patrulla Fronteriza destruyendo varios jarros de agua en el desierto.

A causa de las condiciones extremas del desierto, todos los años mueren muchas personas migrantes en la hostil tierra fronteriza. Los defensores y defensoras de los derechos humanos en grupos de ayuda humanitaria, las comunidades religiosas, los grupos activistas y las comunidades que viven a lo largo de la frontera llevan muchos años brindando ayuda a estas personas migrantes. Las autoridades gubernamentales de Estados Unidos no sólo han incumplido su obligación de evitar las muertes de migrantes, sino que además, mediante el acoso, la intimidación y los procesamientos sistemáticos, están disuadiendo activamente de llevar a cabo su trabajo a quienes defienden los derechos humanos.

No todas las personas que cruzan la frontera irregularmente —atravesando el desierto o de otras maneras— piden asilo. Sin embargo, todas las personas migrantes y solicitantes de asilo tienen el mismo derecho humano a la vida, un derecho que las autoridades estadounidenses no pueden violar arbitrariamente negándoles, directa o indirectamente, ayuda humanitaria que podría salvarles la vida.

La represión contra quienes defienden los derechos humanos de las personas migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México encaja en el contexto más amplio de la agresión de la administración Trump contra el sistema de asilo en Estados Unidos y las políticas de inmigración en general. Se puede encontrar más información a este respecto en el informe publicado en 2018 por Amnistía Internacional “Tú no tienes ningún derecho aquí”. Amnistía Internacional ha documentado cómo en esa frontera se ha negado sistemáticamente el derecho a solicitar asilo a personas que buscan seguridad y protección en Estados Unidos. En conjunto, esas políticas y prácticas que aplica el gobierno estadounidense parecen ejecutarse deliberadamente para castigar o disuadir de pedir protección a quienes solicitan asilo.

Parte de esta estrategia de disuasión ha incluido una diversidad de tácticas que desalientan a las personas solicitantes de asilo de tratar de acceder a Estados Unidos a través de los puntos de entrada designados, y las pone en una situación en la que a veces es más conveniente tomar rutas “irregulares” sumamente peligrosas para entrar en el país. Estas tácticas incluyen el actual sistema de “dosificación” de las personas solicitantes de asilo, obligándolas a añadir sus nombres a listas de espera de asilo ilegales junto con miles de solicitantes de asilo más; de esas listas, sólo se llama a unas pocas personas cada día, si es que se llama a alguna. Varadas en el lado mexicano de la frontera, las personas migrantes y solicitantes de asilo (especialmente las pertenecientes a población vulnerable, como las personas LGBTI, las personas ancianas, los y las menores no acompañados, las mujeres embarazadas, etc.) son a menudo blanco de ataques y corren un mayor riesgo de sufrir secuestro, extorsión y violencia a manos de la delincuencia organizada. Enfrentadas a ese riesgo de sufrir daños irreparables, muchas toman la difícil decisión de cruzar la frontera entre los puntos de entrada oficiales, lo cual incluye peligrosas rutas a través del desierto. A menudo se ven obligadas a depender de traficantes que las guíen.

Puesto que la administración Trump sigue imponiendo topes al número de solicitantes de asilo que se procesarán en los puntos de entrada (los pasos fronterizos oficiales), el número de familias que cruzan de forma irregular ha aumentado especialmente. Además, es más probable que las familias soliciten asilo y protección internacional en la frontera de Estados Unidos con México que otras personas que cruzan de forma irregular.

 

Pueden escribir llamamientos en: Inglés También pueden escribir en su propio idioma.

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 30 de junio de 2019

Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

Nombre y género gramatical preferido: Scott Warren (masculino)