Martes, 10 de enero, 2023

Las conclusiones de Amnistía Internacional incluyen los casos de 25 personas que Tariq Ben Zeyad detuvo arbitrariamente e hizo desaparecer de forma forzada entre 2017 y 2022 por sus opiniones políticas o sus vínculos tribales, familiares o regionales


Una implacable crisis de impunidad en Libia ha permitido a los combatientes del grupo armado Tariq Ben Zeyad cometer crímenes de guerra y otros crímenes de derecho internacional con la intención de aniquilar toda oposición a las Fuerzas Armadas Árabes Libias, las autoridades de facto que controlan amplias zonas de este país dividido, afirmó Amnistía Internacional, con ocasión de la publicación de un nuevo informe.

En el nuevo informe de investigación We are your masters”: Rampant crimes by the Tariq Ben Zeyad armed group se detalla cómo dicho grupo, bajo la dirección de Saddam Haftar (hijo del comandante general de las Fuerzas Armadas Árabes Libias, Khalifa Haftar) y su segundo al mando, Omar Imraj’, persigue habitualmente a miles de críticos y opositores —reales o considerados como tales— de las Fuerzas Armadas Árabes Libias.

“Desde su aparición en 2016, el grupo armado Tariq Ben Zeyad aterroriza a la población en las zonas que están bajo control de las Fuerzas Armadas Árabes Libias, infligiéndole todo un catálogo de horrores, como homicidios ilegítimos, torturas y otros malos tratos, desapariciones forzadas, violaciones y otros actos de violencia sexual, y desplazamientos forzados, sin temer las consecuencias”, declara Hussein Baoumi, investigador de Amnistía Internacional sobre Egipto y Libia.

“Ya es hora de que se ponga en marcha una investigación penal sobre la responsabilidad de mando de Saddam Haftar y Omar Imraj’. Ambos deben ser apartados inmediatamente de cualquier cargo que pueda permitirles perpetrar nuevas violaciones de derechos humanos o interferir en las investigaciones en tanto no se conozcan sus resultados. Las Fuerzas Armadas Árabes Libias deben también clausurar todos los centros de detención no oficiales que gestiona Tariq Ben Zeyad y poner en libertad a todas las personas detenidas arbitrariamente.”

Entre febrero y septiembre de 2022, Amnistía Internacional entrevistó a 38 personas que residían o habían residido en zonas controladas por las Fuerzas Armadas Árabes Libias, incluidas personas previamente detenidas o internamente desplazadas, mandos militares y combatientes; algunas entrevistas se efectuaron durante un viaje sobre el terreno a Libia y otras, a distancia. Se revisaron declaraciones oficiales y pruebas audiovisuales relacionadas con Tariq Ben Zeyad. El 3 de octubre de 2022, Amnistía Internacional comunicó sus conclusiones al Gobierno de Unidad Nacional radicado en Trípoli y a la Fiscalía General, así como al comandante general de las Fuerzas Armadas Árabes Libias, para que expresaran sus comentarios al respecto. Ninguno de ellos había respondido en el momento de la publicación.

Secuestros, homicidios ilegítimos, torturas

Las conclusiones de Amnistía Internacional incluyen los casos de 25 personas que Tariq Ben Zeyad detuvo arbitrariamente e hizo desaparecer de forma forzada entre 2017 y 2022 por sus opiniones políticas o sus vínculos tribales, familiares o regionales.

Si la comunidad internacional no rectifica su enfoque sobre Libia para dar prioridad a los derechos humanos antes que a intereses políticos miopes, muchas otras personas que están a merced de Tariq Ben Zeyad corren el riesgo de ser secuestradas, asesinadas, torturadas o víctimas de desaparición.

Hussein Baoumi, Amnistía Internacional

Tres de las personas detenidas víctimas de desaparición forzada fueron halladas muertas posteriormente. Sus cuerpos, que aparecieron tirados en la calle o junto a los depósitos de cadáveres de Bengasi, presentaban heridas de bala o marcas de tortura claramente visibles. Otras cuatro víctimas de desaparición forzada siguen en paradero desconocido.

Tres presuntos opositores a las Fuerzas Armadas Árabes Libias continúan detenidos arbitrariamente por Tariq Ben Zeyad. Las 15 personas restantes fueron puestas en libertad: unas tras haber pasado hasta cinco años en prisión sin cargos ni juicio ante un tribunal civil; otras después de pagar rescates exorbitantes. Todas las personas liberadas afirmaron que habían sufrido torturas y abusos, tales como palizas y flagelaciones, o que habían sido suspendidas repetidamente en posturas dolorosas.

Un exagente de los servicios de inteligencia libios expuso que Tariq Ben Zeyad lo había secuestrado después de que se negara a cooperar con el grupo armado. Lo retuvieron durante cuatro años en una base de Tariq Ben Zeyad en Bengasi, donde lo torturaron y amenazaron con violarlo. El exagente explicó que los combatientes de Tariq Ben Zeyad lo obligaban a arrodillarse y decir: “El mariscal de campo (Khalifa Haftar) es mi amo”.

Dos personas que estuvieron detenidas afirmaron, en entrevistas por separado, haber sido testigos de la muerte de al menos cinco prisioneros por tortura o denegación de asistencia médica entre 2017 y 2021 en centros de detención controlados por Tariq Ben Zeyad.

Desplazamiento forzado y expulsiones

Desde finales de 2021, Tariq Ben Zeyad ha contribuido a la expulsión forzosa de miles de refugiados y migrantes de Sabha y alrededores. Amnistía Internacional examinó publicaciones en redes sociales y una página de Facebook gestionada por un miembro de Tariq Ben Zeyad, en las que aparecían repetidamente miembros de Tariq Ben Zeyad que cargaban a personas refugiadas y migrantes en camiones con destino a la frontera con Níger para “limpiar” Libia de “migrantes irregulares”. A las personas expulsadas se les negaba el derecho a presentar una solicitud de asilo o a recurrir su deportación y se las abandonaba en el desierto sin comida ni agua.

Tariq Ben Zeyad también participó en el desplazamiento forzado de miles de familias libias durante las campañas militares que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas Árabes Libias para hacerse con el control de las ciudades de Bengasi y Derna, en el este de Libia, entre 2014 y 2019. Amnistía Internacional entrevistó a miembros de siete familias del este de Libia que supuestamente se habían opuesto a las Fuerzas Armadas Árabes Libias, quienes afirmaron que los combatientes de Tariq Ben Zeyad habían amenazado con matarlos si no abandonaban el este de Libia. A continuación, el grupo armado confiscó sus viviendas. Actualmente se hallan dispersos por el oeste de Libia.

Responsabilidad de mando

Según las pruebas recopiladas por Amnistía Internacional, incluidos relatos de testigos presenciales, material audiovisual y declaraciones oficiales, Saddam Haftar —líder de facto del grupo— y Omar Imraj’ —designado comandante, pero efectivamente el segundo al mando, encargado de controlar las operaciones cotidianas— conocían o deberían haber conocido los crímenes que cometían sus subordinados, pero no hicieron nada para impedirlo ni para castigar a los responsables.

Como mínimo, eran plenamente conscientes de las violaciones de derechos humanos ocurridas en los centros de detención bajo control de Tariq Ben Zeyad. Varias personas que estuvieron detenidas afirmaron que Omar Imraj’ recorría periódicamente el centro de detención de Sidi Faraj, situado al este de Bengasi y controlado por Tariq Ben Zeyad, y que hablaba con personas detenidas que presentaban signos visibles de tortura. Cinco de las personas que estuvieron detenidas refirieron que Sadam Haftar, al encontrarse con él en persona antes o después de su puesta en libertad, las había amenazado con prolongar o renovar su detención por desafiar a las Fuerzas Armadas Árabes Libias.

Varios familiares de las personas que estuvieron detenidas declararon haber suplicado directamente a Saddam Haftar y Omar Imraj’ que liberaran a sus seres queridos. Una de las personas que estuvieron detenidas informó a Sadam Haftar de los malos tratos que se cometían en el centro de detención, sin que éste tomara medida alguna para poner fin a las violaciones de derechos humanos.

“Si la comunidad internacional no rectifica su enfoque sobre Libia para dar prioridad a los derechos humanos antes que a intereses políticos miopes, muchas otras personas que están a merced de Tariq Ben Zeyad corren el riesgo de ser secuestradas, asesinadas, torturadas o víctimas de desaparición. Todos los Estados deben aplicar el principio de jurisdicción universal para investigar a los mandos y miembros de Tariq Ben Zeyad presuntamente responsables de crímenes de derecho internacional y, cuando existan pruebas admisibles suficientes, dictar órdenes de arresto y proceder a procesarlos”, declara Hussein Baoumi.

Información complementaria

Libia está sumida en un conflicto armado e inmersa en divisiones políticas desde 2011. En el país coexisten gobiernos paralelos, cada uno de ellos respaldado por milicias y grupos armados que no rinden cuentas, pero reclaman legitimidad. Las Fuerzas Armadas Árabes Libias controlan y desempeñan funciones propias de un gobierno en Bengasi, la segunda ciudad de Libia en tamaño, así como en extensas franjas del este y sur del país.

Tariq Ben Zeyad es uno de los grupos armados más extensos e influyentes que operan bajo el amparo de las Fuerzas Armadas Árabes Libias. En él se agrupan soldados de carrera que lucharon junto a Muamar el Gadafi en 2011 y combatientes de tribus aliadas a las Fuerzas Armadas Árabes Libias.