Jueves, 30 de marzo, 2023
Pérez, Johny

Los venezolanos tienen ya varios años sin contar con un servicio de calidad, lo que ha afectado la cotidianidad de estas personas, sobre todo de las mujeres, quienes no cuentan con una adecuada higiene menstrual producto de esta crítica situación


Este 22 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Agua, por lo que es necesario poner la crisis hídrica que sufre Venezuela desde hace ya varios años en el centro cuando se habla del derecho al agua, en medio de un panorama político, social y económico complejo que ha obligado a más de 7 millones de venezolanos a emigrar buscando calidad de vida, según cifras de Acnur.

Sin agua en los grifos: crisis multifactorial

Los venezolanos en la actualidad tienen que lidiar a diario con la falta de agua en los grifos, por lo tanto, la población ya no sabe qué es contar con el servicio las 24 horas los 365 días al año, por lo que se han visto obligados a tener que esperar días específicos para poder contar con el mismo, y en caso más dramáticos hasta semanas, meses o incluso en varias zonas del país llevan años sin recibir una gota.

Asimismo, la situación se hace más compleja porque el agua ha perdido su calidad, así lo afirma una encuesta realizada en diciembre de 2022 por el Observatorio Venezolano de Servicio Públicos (OVSP), donde el 61,5% califica de manera negativa el servicio.

Estas opiniones se deben principalmente a que no reciben el servicio de manera constante o están sometidas a una ausencia absoluta, además se denuncia que el agua llega de color marrón o amarillenta, y con un olor y sabor desagradable, por lo que la salud de la población es un tema preocupante.

A propósito de esa situación, el Observatorio de Ecología Política de Venezuela le ha dado seguimiento a la problemática desde sus inicios como organización en 2017, generando diferentes espacios para hablar del tema como foros públicos, talleres, notas web y campañas como Voces por el Agua.

El Observatorio asume que en Venezuela y a escala global nos encontramos ya ante una crisis del agua. Según cifras de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya unos 2.200 millones de habitantes no tienen acceso al agua, que se refleja en no tener o tener un servicio deficiente”, dijo Emiliano Terán, miembro del Observatorio durante entrevista para Amnistía Internacional.

Terán considera que la situación en Venezuela es “crítica” porque el Observatorio estima entre un 80% al 90% de los venezolanos que no tienen un acceso al agua, que a su juicio no solo tiene que ver con un tema de distribución, sino también con la situación de las cuencas hidrográficas del país.

“Las cuencas están en una situación profundamente delicada. Porque son ecosistemas que están siendo profundamente destruidos por las deforestaciones, por el avance de la frontera agrícola, por la minería, el petróleo, desvío de ríos para uso comercial, más la contaminación. Aunque la crisis es mucho más amplía que la está impulsando el modelo económico depredador que no solo tiene que ver con el que impulsa este gobierno, sino también con un modelo histórico que ha visto al agua solo como un objeto de uso, y no como un elemento integral de una relación estrecha entre ser el humano y la naturaleza”, subrayó.  

Además, resalta el impacto que tiene la situación de los embalses, el cambio climático y la crisis en las instituciones que están al frente de este importante recurso.

Venezolanos a merced del Covid-19 y sin agua

Por esta situación el derecho a la salud de los venezolanos se vio vulnerado durante la pandemia del Covid-19, la cual se hizo presente en el país a partir del 13 de marzo de 2020, momento en el cual se agudizó la necesidad del acceso al agua ya que era un elemento clave para el lavado de manos como herramienta principal para evitar contagios.

Esta situación no fue diferente en los centros asistenciales del país, lo que sumado a la escasez de insumos de bioseguridad cobró la vida trabajadores del sector salud, así lo refleja el último informe de la ONG Médicos Unidos Venezuela (MUD).

Las cifras recabadas por MUV (entre 2020 hasta enero de 2022)

•             823 fallecidos del personal sanitario

•             565 médicos

•             166 enfermeras

•             92 otros profesionales y obreros

 

Cotidianidad alterada y bolsillos golpeados

A propósito de esto la cotidianidad de los venezolanos cambió drásticamente en los últimos años, porque se han visto en la necesidad constante de almacenar agua en envases y procurar que no se les termine hasta que vuelvan a contar con el servicio a través de los grifos.

En otros casos, las familias dependen de comprar botellones de agua para tener un líquido de calidad, los cuales pueden oscilar entre 1 y 5 dólares al mes, lo que a su vez tiene un impacto en los ingresos familiares en medio de la hiperinflación que vive el país.

A su vez, en otros casos los ciudadanos dependen de servicios cisternas (camiones que comercializan agua) para poder surtirse de un poco de agua, sobre todo en aquellos sectores donde la situación de escasez es extrema.  

Alquilar estos camiones con 5.000 litros en alguna zona en Caracas puede costar entre 40 y 70 dólares y en muchos casos es necesario acceder a este servicio dos veces por semana.

El efecto diferenciado para las mujeres

También los grupos familiares se han visto obligados a trasladar agua en recipientes de alguna fuente cercana o por el contrario muy lejana hasta sus hogares, que en muchos casos no son aptas para el consumo humano, cuya tarea principalmente asumen las mujeres y niños.

Producto de esto un 66% de mujeres encuestadas por la ONG Comadres Púrpuras afirmó presentar dolores de espalda, brazos y piernas debido al peso constante que tienen que cargar.

Además de interrumpir sus actividades cotidianas cuando llega el agua, se enfrentan a la dura realidad de no contar con una adecuada higiene menstrual, a la vez que se exponen a ser víctimas de violencia durante el proceso de recolección de agua.

“En mi casa llega el agua solo los viernes y en la madrugada, por lo que me levanto a llenar los recipientes, pero a veces no llega y mi familia de cinco miembros nos quedamos sin ninguna gota, por lo tanto, no podemos preparar alimentos ni ir al baño a hacer nuestras necesidades. Esto es muy duro, aunque hay otras familias que la pasan peor porque tienen que cargar agua de manera diaria, nosotros afortunadamente nos ha tocado pocas veces, incluso una vez desde una alcantarilla porque había llovido y esa agua nos sirvió para echarle a la poceta”, dijo Carlos Márquez*, habitante de un sector popular en Caracas, al ser entrevistado por Amnistía Internacional.

El efecto diferenciado que tiene la escasez del agua en la higiene menstrual es un tema que pasa desapercibido, pero muchas mujeres y adolescentes han admitido que deben suspender sus rutinas de trabajo y estudio total o parcialmente por no poder acceder a agua suficiente para mantener el aseo intimo durante esos días.  Además para muchas es terriblemente incómodo y hasta imposible tener que cargar pesados envases con agua durante los días de su período.

Así lo testifica Gloria Sánchez*, quien vive en el sector El Guarataro de Caracas, donde el agua con suerte solo llega una vez a la semana:

“Mi nieta de 15 años ha tenido que faltar al colegio cuando tiene su período menstrual, ya que la falta de agua y lo costoso de las toallas sanitarias, no le permite hacer sus actividades rutinarias con comodidad. No nos alcanza el agua que llega un día a la semana y debemos cargar agua desde un hidrante que se encuentra en la Avenida San Martín hasta nuestro hogar. Es muy humillante y doloroso lo que vivimos por la falta de agua”.

Otra voz experta

Norberto Bausson, exvicepresidente de Operaciones y Mantenimiento de Hidrocapital, se ha referido en diferentes oportunidades en los medios de comunicación a que la crisis hídrica se debe a la falta de mantenimiento del sistema que implica la inyección de una importante cantidad de dinero.

Asimismo, ha sostenido que los acueductos en la actualidad generan 90.000 litros por segundo, pero se requieren 150.000 para satisfacer la demanda actual. A esto se suma que las plantas de mantenimiento no están en condiciones para potabilizar el agua de manera adecuada.

“El estado del agua es muy peligroso para la salud. Si el gobierno no voltea a mirar, pues como ciudadanos debemos hacer algo, pues lamentablemente se han perdido los conocimientos para manejar un servicio público tan importante como lo es el agua”, dijo Bausson recientemente durante una entrevista para NTN24.

“Como derecho humano el agua tiene que llegar a los hogares apta para el consumo humano. Hervirla no garantiza que se vayan de ella metales pesados y otros químicos”, advirtió Terán. 

Migrantes climáticos

Sin agua no se puede vivir. Esto precisamente ya lo están viviendo algunas personas en Venezuela, quienes han experimentado en carne propia lo que es no recibir una gota de agua.

“Ye tenemos una crisis, y con las condiciones que se tienen actualmente, de no hacerse nada las mismas irán intensificándose generando que algunos territorios no sean habitables. En este momento en Venezuela existen migrantes climáticos de comunidades pequeñas, donde el agua sencillamente desapareció y se han tenido que mover del sitio a otro”, afirmó Terán.

El también sociólogo señala que los escenarios por venir serían “realmente complejos”, al destacar que en las grandes ciudades no son los lugares donde se concentran la mayor cantidad de agua, sino por el contrario se ubica en los parques nacionales.

Recomendaciones al Estado

El Observatorio de Ecología Política de Venezuela presenta una serie de recomendaciones desde el punto de vista de distribución y ecológico:

1. Se necesitan que se deriven con urgencia fondos para recuperar los sistemas hídricos e hidrológicos y las instituciones encargadas del agua

2. Hace falta un proceso de trabajo sobre los embalses que ya terminaron su período de vida útil o que están contaminados

3. Hace falta un modelo más descentralizado de gestión del agua, con el fin de permitir una participación directa de la población en la toma de decisiones

4. Recuperar la capacidad técnica en las instituciones del agua para “derrotar la falta institucionalidad y corrupción que han sido determinantes en el resultado de la crisis hídrica”.

5. Revisar y detener proyectos extractivista como en el Arco Minero, “no se pueden poner minerales por encima del agua”.  

6. Ejecutar proyectos de recuperación de cuencas con participación local.

7. Figuras más restrictivas y de control de zonas protegidas como Parques Nacionales.

8. Las políticas que están dirigidas al tema del agua poner en el centro el cambio de los escenarios climáticos adversos.

Dicho esto, el Estado venezolano debe garantizar que los venezolanos puedan gozar su pleno derecho al agua.

*Los nombres de los testimonios se cambiaron para proteger la identidad de las personas.  

Fuentes

https://ecopoliticavenezuela.org/2022/05/26/la-crisis-del-agua-en-venezuela-algunos-datos/

https://twitter.com/observatoriovsp/status/1638703226470948865

https://www.ntn24.com/programas/la-tarde/mal-estado-del-agua-potable-en-venezuela-407691

https://www.bloomberglinea.com/2022/10/27/el-agua-en-venezuela-es-realmente-una-de-las-mas-caras-de-la-region/