Lunes, 29 de mayo, 2023

Ya es hora de que Meta cumpla con su responsabilidad y ofrezca un recurso efectivo a la población rohinyá de Myanmar


Con el motivo de la celebración el miércoles (31 de mayo de 2023) de la junta anual de accionista de Meta, Pat de Brún, responsable del área de Rendición de Cuentas de las Grandes Empresas Tecnológicas y director adjunto de Amnesty Tech, ha manifestado: 

“Ya es hora de que Meta cumpla con su responsabilidad y ofrezca un recurso efectivo a la población rohinyá de Myanmar. Es reprobable que Meta siga negándose a reparar los daños que contribuyó a causar pese a la abrumadora cantidad de indicios de que la empresa desempeñó un papel fundamental en la limpieza étnica de 2017.” 

“Miles de personas rohinyás fueron víctimas de homicidio, tortura, violación y desplazamiento como parte de la campaña de limpieza étnica de las fuerzas de seguridad de Myanmar. En los meses y años que desembocaron en las atrocidades, los algoritmos de Facebook intensificaron una tormenta de odio contra la población rohinyá que contribuyó a una oleada de violencia masiva fuera de Internet.”

En la actualidad, la amplia mayoría de las personas rohinyás sobrevivientes continúan atrapadas en precarios campos para personas refugiadas y de internamiento, en condiciones de grave privación.

Pat de Brún, Amnesty Tech

“En la actualidad, la amplia mayoría de las personas rohinyás sobrevivientes continúan atrapadas en precarios campos para personas refugiadas y de internamiento, en condiciones de grave privación. Mientras tanto, Meta sigue obteniendo pingües beneficios del mismo modelo empresarial tóxico que tanta destrucción provocó para la población rohinyá.  

El accionariado de Meta deben utilizar la próxima junta para exigir a la dirección de la empresa que cumpla con su responsabilidad de proporcionar reparación a las población rohinyá en cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos.  

El accionariado de Meta también debe insistir en que la empresa revise su perspectiva general sobre los derechos humanos, no sea que vuelva a verse implicada en otros casos de violencia y atrocidades en otros lugares. Como primera medida, debe llevar a cabo una revisión exhaustiva del proceso de diligencia debida, incluida la incorporación de consideraciones de derechos humanos en todas las operaciones de sus plataformas, especialmente en relación con el desarrollo y el despliegue de sus sistemas de algoritmos.”

Es vergonzoso que el consejo de administración de Meta haya recomendado a su accionariado rechazar las propuestas de mejorar la supervisión de los derechos humanos y la transparencia en la empresa. Pedimos a los accionistas de Meta que cuestionen esas recomendaciones y hagan su parte para garantizar la protección de las personas y comunidades de todo el mundo que siguen estando expuestas a las temerarias prácticas empresariales de Meta.”   

Amnistía Internacional entregará una petición exigiendo que Meta pague reparaciones a la comunidad rohinyá. La petición ha sido firmada por miles de miembros y simpatizantes de Amnistía Internacional. 

Información complementaria

La junta anual de accionistas de Meta se celebrará el día 31 de mayo de 2023. El accionariado ha presentado una serie resoluciones que impugnan las prácticas empresariales de Meta, entre ellas algunas que exigen una mejora de las prácticas de la empresa en materia de supervisión de los derechos humanos. Una resolución pide una evaluación independiente de las consecuencias para los derechos humanos del uso de la publicidad selectiva, y otra menciona el hecho de que Meta no haya publicado su evaluación del impacto de la empresa en los derechos humanos en India. 

En septiembre de 2022, Amnistía Internacional concluyó que los peligrosos algoritmos de Meta y su temerario afán de lucro contribuyeron sustancialmente a las atrocidades perpetradas por el ejército de Myanmar contra la población rohinyá en 2017.  

En noviembre de 2019, Amnistía Internacional publicó un informe en el que mostraba cómo el modelo empresarial, basado en la vigilancia, de las grandes empresas tecnológicas como Meta es intrínsecamente incompatible con el derecho a la privacidad y representa un peligro sistémico para diversos derechos, como la libertad de opinión y de expresión, la libertad de pensamiento y el derecho a la igualdad y a no sufrir discriminación.