Viernes, 24 de enero, 2020
Marielvis Rincones

Las predicciones meteorológicas pronostican más calor y condiciones áridas hacia el sur de Australia y es probable que aunque los incendios puedan calmarse temporalmente, algunos territorios desarrollarán grandes olas de calor por la pérdida de áreas verdes


Australia es un país que ha sabido resistir a las adversidades climáticas. Sin embargo, en el último año las temperaturas han aumentado al extremo. La causa inmediata es el clima, específicamente un fenómeno conocido como Dipolo o “El Niño Indio” que propicia periodos de calor o sequía.

Desde septiembre del 2019 inició la temporada de incendios en el país. Las alertas fueron puestas por los cuerpos de bomberos y de seguridad, quienes se dispersaron en todos los puntos naranja para iniciar una ardua lucha contra las feroces llamas y la sequía. En un principio el fuego parecía estar controlado, pero con la llegada del nuevo año 2020, las temperaturas subieron ocasionando un estado de emergencia en las principales zonas afectadas.

Nueva Gales Del Sur y Victoria han sido los estados con mayores pérdidas

Desde el primero de enero se han registrado más de 150 incendios forestales que han arrasado con al menos 1.200 hogares solo en Nueva Gales del Sur. Los vientos desplazaron el fuego y durante semanas hubo un incremento en las temperaturas que ocasionó un mega incendio (fusión de dos incendios provenientes de ciudades distintas) teniendo como epicentro la montaña de Snowy, un área aproximada de 600.000 hectáreas (6.000km2), lo que significa que se quemó un espacio comprendido por cuatro veces la ciudad de Londres.

Millones de animales han perecido en el fuego. En la Isla Canguro, reconocida por su sistema ecológico único y considerada uno de los lugares de vida silvestre más

Importantes y significativos en territorio oceánico, se perdieron entre las cenizas, 150.000 hectáreas y se estima que al menos 25.000 koalas han muerto en esta isla al no poder escapar por su condición anatómica que solo les permite moverse despacio.

En el estado de Victoria, miles de familias abandonaron sus hogares para resguardar sus vidas, las autoridades se desplegaron para ayudar a los afectados. En las informaciones emitidas por los portavoces de los organismos competentes se ha dicho que solamente en Nueva Gales del Sur se han quemado Cuatro millones de Hectáreas (Una hectárea tiene el tamaño aproximado de un campo de fútbol).

Denominado Estado Federal de Oceanía, Australia es un país con 7.700.000km2. Constituido por seis Estados (Australia Meridional, Australia Occidental, Nueva Gales del Sur, Queensland, Tasmania y Victoria) y dos territorios (Territorio Norte y Territorio de la capital Australiana). Su vasta extensión hace que en ocasiones sea considerado como un continente (aunque no lo es). Está poco habitado y es un país desértico a excepción de los extremos E y S que son de clima templado.

El 60% de la población australiana se encuentran en las principales ciudades: Camberra, Sydney, Melbourne, Brisbane, Adelaida y Perth. Todas son ciudades costeras urbanizadas en un 90%. Australia posee cuatro principales desiertos (Simpson, Gibson, Gran Desierto de Arena y Gran desierto de Victoria). Cuenta con una cadena de más de 2.500 arrecifes que forman la barrera coralina más grande del mundo en la costa noreste. Esta es la reserva natural más grande del mundo albergando alrededor de 2.000 especies de peces, esta área ha sido declarada patrimonio mundial.

El fenómeno que ocasionó el mega incendio

Australia es un país que ha sabido resistir a las adversidades climáticas. Por su gran sequía, sobre todo al sur del país, anualmente presenta temporadas de incendios y al noroeste inundaciones. Pero este año las temperaturas subieron más de lo esperado desatando un efecto de incendios en cadena. La causa inmediata es el clima, específicamente un fenómeno conocido como Dipolo o “El Niño Indio” que propicia periodos de calor o sequía.

Dipolo: Diferencia en las temperaturas de la superficies del mar en zonas opuestas del Océano índico. Comprende fases denominadas “positivas”, “neutrales” y “negativas”.

Andrew Turner, profesor de sistemas de monzones a la universidad de Reading, en Reino Unido, explicó a la prensa internacional lo siguiente: “Cuando ocurre un evento dipolar en el Océano Índico, la lluvia tiende a moverse con las aguas cálidas, por lo que los países de África Oriental reciben más lluvia de lo normal

Por otro lado, en el Este del Océano Índico, las temperaturas de la superficie del mar son más frías de lo normal y ese lugar recibe una cantidad reducida de lluvia”.

En efecto, esto ocasionó un descontrol climático que desató lluvias e inundaciones en África Oriental y sequías en el sudeste asiático y Australia; Este año se ha experimentado un dipolo de fase positiva que ha marcado record en comparación a años anteriores por su fuerza y las devastaciones causadas. Algunos científicos

Afirman que los incendios e inundaciones se harán cada vez más frecuentes e intensos conforme tome fuerza el cambio climático.

Australia se encuentra en la lista de los principales países emisores de gases invernadero per cápita del mundo.

En el 2019 el país rompió record en temperatura, el 17 de diciembre tuvieron 40,9°C y al día siguiente alcanzaron los 41°C. Desde septiembre de 2019 27 personas han perdido la vida a causa de los incendios. El 2019 ha sido el año más caluroso registrado en el país a causa del cambio climático según el Buró de meteorología australiano.

La era del fuego implacable

Los incendios forestales a menudo desarrollan su propio clima, es por esto que es tan difícil aplacarlos. Se forman nubes de humo que a su vez desarrollan tormentas con relámpagos y ráfagas de viento lo que imposibilita que los esfuerzos tengan resultados positivos. Para combatir las llamas se necesitaron unos 2.500 bomberos australianos apoyados por 72.000 voluntarios entre los que se encuentran bomberos enviados de Estados Unidos y otros países.

Las predicciones meteorológicas pronostican más calor y condiciones áridas hacia el sur de Australia y es probable que aunque los incendios puedan calmarse temporalmente, algunos territorios desarrollarán grandes olas de calor por la pérdida de áreas verdes.

Los extremos climáticos que enfrentamos ahora cambian por completo las posibilidades de tener un futuro ambiental sustentable, se estima que para el 2030 los niveles de contaminación serán tan altos que las enfermedades bacterianas serán la principal causa de muerte en los seres humanos, habrá una considerable reducción de agua potable y en algunos países será prácticamente imposible respirar aire puro, y esto posiblemente sea un último grito de auxilio por parte de nuestro planeta. 

Biodiversidad en riesgo

Desmedidas son las cifras de animales y plantas afectadas en el mega incendio. No existe un número exacto hasta el momento, pero según un estudio académico, se estima que cerca de 500 millones de animales han muerto solo en Nueva Gales del Sur (otros estudios estiman 1.000 millones). Mientras que humanos pueden huir a tiempo de las llamas, muchos animales quedan atrapados en la zona de fuego y otros son asfixiados por la contaminación producto de los gases y el humo. El fuego destruye el habitad de millones de animales, dejando a los sobrevivientes vulnerables y sin probabilidades de supervivencia. Afortunadamente la lluvia sorpresivamente ha aplacado las llamas en los bosques, sin embargo, las señales de alerta continúan.

Todo el territorio australiano ha sentido los golpes del cambio climático, pero hasta el momento, no existen políticas que sirvan para evitar futuras represalias; Por lo que miles de australianos han manifestado exigiendo al primer ministro, Scott Morrison, una pronta transición del uso de combustible fósil a fuentes de energía alternativas.

Australia es uno de los principales países emisores de gases invernadero per cápita del mundo; Los daños ocasionados al ecosistema luego de esta tragedia son tan grandes, que incluso países como Chile y Argentina recibieron humo de los incendios, esparcido a través de las corrientes de aire (12.000km).

Ha sido tan devastador el fuego que los daños no solo son materiales, la fractura emocional en los habitantes australianos probablemente no se borre nunca, y con frecuencia el recuerdo estará vigente, pues si algo es seguro, es que los efectos del cambio climático serán cada vez más fuertes.