Miércoles, 14 de mayo, 2025
Daniela Dam

La potencial desaparición de la mitad de las organizaciones feministas del mundo tendría consecuencias devastadoras. Se perderían redes de apoyo cruciales, dejando a millones de mujeres y niñas sin la asistencia que necesitan desesperadamente para sobrevivir 


Una reciente encuesta de ONU Mujeres ha arrojado una alarmante realidad: casi la mitad de las organizaciones de mujeres (47%) que desempeñan un papel fundamental en el apoyo a mujeres y niñas en contextos de crisis en todo el mundo podrían verse obligadas a cerrar sus puertas en los próximos seis meses. Esta situación crítica es consecuencia directa de los significativos recortes en la asistencia internacional.

El más reciente informe de ONU Mujeres, titulado "Al Borde del Colapso: El Impacto de los Recortes de Ayuda Extranjera en las Organizaciones de Mujeres en Crisis Humanitarias a Nivel Mundial", revela un panorama sombrío para las entidades que apoyan a mujeres en situaciones de emergencia. Basándose en una encuesta rápida a 411 organizaciones lideradas por mujeres y centradas en la defensa de sus derechos en 44 contextos de crisis a nivel global, el informe concluye que un alarmante 90 por ciento de estas organizaciones ya han experimentado las consecuencias de la reducción de fondos.

El noventa por ciento de las organizaciones encuestadas informaron haber sido impactadas financieramente, y el 47% espera cerrar en seis meses si las condiciones actuales persisten. Ya el 72% ha despedido personal, y más de la mitad (51%) ha suspendido la programación. Las organizaciones informan que los programas y servicios en respuesta a la VBG (67%), protección (62%), medios de vida y asistencia en efectivo multipropósito (58%) y atención médica (52%) han sido los más afectados.

Los resultados de la encuesta revelan que estas organizaciones, que a menudo operan en primera línea en situaciones de conflicto, desastres naturales y otras emergencias, se enfrentan a una drástica disminución de fondos. Su labor es esencial para proporcionar servicios vitales como refugio seguro, atención médica, apoyo psicosocial, asistencia legal y oportunidades de empoderamiento económico a mujeres y niñas que se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad.

La potencial desaparición de la mitad de estas organizaciones tendría consecuencias devastadoras. Se perderían redes de apoyo cruciales, dejando a millones de mujeres y niñas sin la asistencia que necesitan desesperadamente para sobrevivir y recuperarse de las crisis. Esto no solo socavaría los esfuerzos humanitarios en curso, sino que también tendría un impacto a largo plazo en la igualdad de género y la paz y la seguridad en las comunidades afectadas.

Las organizaciones de mujeres que trabajan con las más marginadas —migrantes y refugiadas, mujeres con discapacidades, personas LGBTQI+ y comunidades indígenas— advierten sobre el aumento de la violencia, las estrategias de afrontamiento perjudiciales y el empeoramiento de la pobreza. El debilitamiento de las organizaciones lideradas por mujeres y de derechos de las mujeres no es solo una crisis de financiación, es una crisis de rendición de cuentas, igualdad y derechos.

A marzo de 2025, se estima que 308 millones de personas en 73 países necesitan asistencia humanitaria debido a los efectos crecientes y combinados de la proliferación de crisis en todo el mundo. El número de personas, especialmente mujeres y niñas, afectadas por las crisis está aumentando a medida que se intensifican los conflictos geopolíticos, el cambio climático, la inseguridad alimentaria y los brotes de enfermedades. Al menos 117 millones de personas se encuentran actualmente desplazadas por la fuerza debido a conflictos y violencia, y 2024 marcó el duodécimo año consecutivo de aumento del desplazamiento global. En 2023, aproximadamente 612 millones de mujeres y niñas vivían a menos de 50 kilómetros de una zona de conflicto, más del 50% más que hace una década. El año 2024 fue el más caluroso registrado, con 152 desastres extremos sin precedentes relacionados con el clima, incluidas olas de calor extremas, inundaciones y sequías, siendo las mujeres y las niñas algunas de las más afectadas por el cambio climático.

ONU Mujeres hace un llamado urgente a la comunidad internacional, a los gobiernos, a los donantes y al sector privado para que reconsideren y reviertan los recortes en la asistencia. Es imperativo que se priorice la financiación de las organizaciones de mujeres que están en la primera línea de la respuesta a las crisis. Invertir en estas organizaciones no solo salva vidas, sino que también fortalece la resiliencia de las comunidades y promueve un futuro más justo e igualitario para todos.

El cierre de estas organizaciones tendría un impacto catastrófico en las mujeres y niñas que ya se encuentran en las situaciones más difíciles del mundo. Ahora más que nunca, debemos redoblar nuestros esfuerzos para apoyar a quienes están trabajando incansablemente para proteger y empoderar a las mujeres en crisis. No podemos permitirnos perder esta red vital de apoyo.

ONU Mujeres insta a una acción inmediata para garantizar que estas organizaciones puedan continuar su labor esencial y evitar una crisis dentro de la crisis.