Miércoles, 24 de junio, 2020

Yang Hengjun fue detenido por la policía al llegar a la ciudad de Guangzhou, al sur de China, a la cual había volado con su familia en enero de 2019. Inicialmente fue puesto bajo “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, una medida que, en determinadas circunstancias, permite a los responsables de una investigación criminal retener a personas hasta seis meses al margen del sistema de detención formal, lo que puede equivaler a detención secreta en régimen de incomunicación


Yang Hengjun, ciudadano australiano y popular novelista y bloguero, fue arrestado en el aeropuerto de Guangzhou el 19 de enero de 2019. Tras mantenerlo detenido más de un año, las autoridades chinas anunciaron finalmente en marzo de 2020 que se le acusaría de espionaje. Yang Hengjun tiene suspendidos todos sus derechos de visita desde el 30 de diciembre de 2019, según las autoridades por la pandemia de COVID-19. Se cree que está detenido en el Centro de Detención del Departamento de Seguridad del Estado de Pekín, y preocupa mucho que corra peligro de sufrir tortura y otros malos tratos.

Actúen: Redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo

Fiscal Jefe / Chief Procurator
Zhang Yukun

Beijing No 2 People’s Procuratorate,

18, Zhifang Lu,

Fengtai Qu,

Beijing Shi, 100078

República Popular China

Señor Fiscal Jefe Zhang

Le escribo para expresarle mi preocupación por el escritor chino de nacionalidad australiana Yang Hengjun (杨恒均), al que la policía puso bajo custodia en el aeropuerto de Guangzhou el 19 de enero de 2019. Hasta marzo de 2020, cuando llevaba más de un año detenido sin cargos, no se declaró oficialmente que sería acusado de espionaje. Se cree que está detenido en el Centro de Detención del Departamento de Seguridad del Estado de Pekín.

En la época en que fue detenido, Yang Hengjun, ciudadano australiano desde 2002, vivía en Estados Unidos, donde ejercía como profesor invitado en la Universidad de Columbia. Se le prohibió ver a su familia o a un abogado de su elección, e inicialmente se le permitió una visita mensual de media hora de un representante del consulado de Australia. Sin embargo, me alarma saber que, desde el 30 de diciembre de 2019, nadie lo ha visto ni ha sabido de él, pues las autoridades han suspendido las visitas consulares debido a la COVID-19.

Yang Hengjun ha negado las acusaciones de espionaje. Afirma ser inocente y ha dicho a las autoridades chinas que jamás ha espiado para ningún gobierno. Me preocupa también que Yang Hengjun no esté recibiendo la atención médica que necesita. Sufre pérdida de memoria, mareos, problemas de tensión arterial y otros graves problemas de salud, y es crucial que sea atendido adecuadamente de inmediato.

Como actualmente está incomunicado, sin acceso a visitas de representantes consulares, familiares ni asistencia letrada de su elección, me preocupa mucho su bienestar y temo que corra peligro de tortura y otros malos tratos.

Por tanto, le insto a que:

  • Ponga en libertad de forma incondicional e inmediata a Yang Hengjun, salvo que haya suficientes pruebas creíbles y admisibles de que ha cometido un delito reconocido internacionalmente y se le garantice un juicio justo con arreglo a las normas internacionales;
  • Garantice que, mientras continúe recluido, Yang Hengjun tiene acceso regular y sin restricciones a familiares y representantes letrados de su elección, y que no es sometido a tortura ni otros malos tratos;
  • Le permita acceder sin demora, periódicamente y sin limitaciones a los servicios médicos que solicite o necesite.

Atentamente,

[NOMBRE] 

Información complementaria

Yang Hengjun es un destacado escritor y bloguero muy popular entre el público por sus novelas y sus comentarios francos y directos sobre asuntos públicos de China. Yang es ex diplomático chino y también trabajo en el sector privado en Hong Kong antes de trasladarse a Australia en 1999, donde obtuvo el doctorado en la Universidad de Tecnología de Sídney. Antes de ser detenido, Yang —que es ciudadano australiano desde 2002— vivía en Estados Unidos, donde era profesor invitado en la Universidad de Columbia.

Yang Hengjun fue detenido por la policía al llegar a la ciudad de Guangzhou, al sur de China, a la cual había volado con su familia en enero de 2019. Inicialmente fue puesto bajo “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, una medida que, en determinadas circunstancias, permite a los responsables de una investigación criminal retener a personas hasta seis meses al margen del sistema de detención formal, lo que puede equivaler a detención secreta en régimen de incomunicación. Cuando son recluidas sin acceso a asistencia letrada de su elección, a sus familias o a otras personas, las personas sospechosas sometidas a esta forma de “vigilancia domiciliaria” corren el riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos. Esta forma de detención se ha utilizado para obstaculizar las actividades de los defensores y defensoras de los derechos humanos, incluidos abogados y abogadas, activistas y practicantes de religiones. Activistas y defensores y defensoras de los derechos humanos siguen siendo sometidos sistemáticamente a vigilancia, hostigamiento, intimidación, arresto y detención.

Yang Hengjun fue arrestado oficialmente en agosto de 2019, y actualmente está en un centro de detención de Pekín, donde no puede recibir visitas consulares desde el 30 de diciembre de 2019. Yang ha negado todas las acusaciones de espionaje y ha dicho a las autoridades chinas que jamás ha espiado para ningún gobierno.

Su esposa, Yuan Xiaoliang (residente permanente en Australia) y su hijo fueron autorizados a entrar a China, pero se les ha prohibido salir del país. En julio de 2019, Yuan intentó regresar en avión a Australia, pero un agente de seguridad de fronteras se lo impidió. Pocos días después, las autoridades estatales se la llevaron y la interrogaron durante dos horas. Según una amiga íntima, Yuan cree que la castigarán si habla con los medios de comunicación internacionales.

No es la primera vez que Yang Hengjun está detenido. En 2011 estuvo en paradero desconocido durante una semana tras haber sido seguido por tres hombres, y en todo el mundo se especuló con su detención. Sin embargo, al reaparecer una semana después, dijo a los periodistas que se trataba de un “malentendido” y que había estado enfermo. Después retiró esta declaración.

El Código Penal de China tipifica el espionaje como delito que “pone en peligro la seguridad nacional”. Las personas que son declaradas culpables de espionaje se enfrentan a, como mínimo, tres años de cárcel. Si se considera que han puesto en peligro la seguridad nacional causando “un daño especialmente grave al país y su población”, pueden ser condenadas a muerte. En los juicios por motivos de seguridad nacional, a los acusados se les priva habitualmente de las garantías procesales con que cuenta el resto, como el acceso a asistencia letrada de su elección y a un juicio público. En 2017, Amnistía calificó como excesivamente vago y amplio el uso por parte de China de los conceptos de “inteligencia nacional” y “seguridad nacional”.

Pueden escribir llamamientos en: Inglés o chino

También pueden escribir en su propio idioma.

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 31 de julio de 2020

Consulten con la oficina de Amnistía en su país si van a enviar llamamientos después de la fecha límite.

Nombre y género gramatical preferido: Yang Hengjun (masculino)