Martes, 15 de mayo, 2018
Alvarenga, Luis Miguel

“Cuando una víctima llega a la Fiscalía sin conocer cuáles son sus derechos y cómo es el procedimiento, los funcionarios se burlan de ella y no actúan. En cambio, cuando la persona se empodera, presiona a los fiscales y les indica cómo tienen que actuar, es que su caso es investigado”, señala la defensora de derechos humanos y fundadora de Orfavideh, Aracelis Sánchez


La solidaridad es el principal motor que impulsa a la defensora de derechos humanos, Aracelis Sánchez, fundadora de la Organización de Familiares de Víctimas de Violación de Derechos Humanos (Orfavideh) quien, en conjunto con más de 40 madres de víctimas de ejecuciones extrajudiciales, levanta su voz para exigir justicia.

Sánchez no se ha detenido, pues tiene más de 5 años centrada en la captación de familiares de personas que han sido asesinadas por efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado venezolano, casos donde aún no se investigan las violaciones de derechos humanos cometidas, que trágicamente en Venezuela ocurren con frecuencia.

Tras el asesinato de Darwilson Sequera, hijo de Sánchez, la defensora ha sido proactiva en la búsqueda de justicia en conjunto, ya que es la lideresa del grupo de madres que constantemente presionan a las autoridades para que cumplan su labor: investigar, enjuiciar a los responsables de las ejecuciones extrajudiciales y conseguir la reparación de los familiares.

“Yo me dedicaba a la familia, era ama de casa. Es decir, era una persona que jamás pensó que se estaría involucrada en la defensa de derechos humanos”, señala Sánchez, quien recuerda todo lo que tuvo que aprender sobre temas jurídicos para impulsar la defensa efectiva sobre sus derechos, ya que en las instituciones del Estado “si no sabes cómo defender un caso, no prestan atención”.

“Me decidí a ser defensora de derechos humanos porque vi que habían muchas víctimas con casos similares al mío. Me propuse que tenía que luchar para que las ejecuciones extrajudiciales se detuvieran, porque no puede ser que maten a mi hijo y después asesinen a otros jóvenes en total impunidad. Si mi hijo es inocente, los demás también pueden serlo”.

A través del apoyo del Comité de Familiares de Víctimas de los Sucesos de Febrero y Marzo de 1989 (Cofavic), Sánchez pudo recibir formación en materia de derechos humanos y de procesos judiciales para poder apoyar a otros familiares que también exigen justicia. Es decir, se empoderó para lograr que otros hagan uso de sus derechos.

Por ello, las madres y otros familiares que se integran a Orfavideh reciben talleres de formación en derechos humanos que les permiten tener las herramientas para exigir las garantías de los mismos, así como para utilizar los mecanismos de justicia existentes en Venezuela y el mundo con el objetivo de no permitir que las ejecuciones extrajudiciales queden sin justicia.

Además, el apoyo psicológico es fundamental para las madres que han decidido empoderarse para exigir justicia por sus familiares asesinados, el cual es provisto por Cofavic de manera regular.

La gravedad de los casos registrados por Orfavideh no solo se centra en el asesinato de los familiares, sino en el contexto en el que se cometieron las ejecuciones. Por ejemplo, la familia de Sánchez sufrió el acoso y extorsión de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) al menos tres meses antes de la muerte de su hijo.

Glory Tovar y sus familiares vivieron en carne propia lo que significa una redada para encubrir la masacre de sus dos hijos y dos sobrinos, mientras que Eubardis Herrera vio cómo un militar en estado de ebriedad accionó un arma contra un grupo de personas que protestaba por alimentos el 31 de diciembre de 2017, entre las que se encontraba su hija embarazada y quien recibió el fatal impacto de bala.

No se puede permitir que una persona viva con el dolor que causa no obtener justicia por un familiar asesinado, porque genera más daño con el paso del tiempo. Es esencial el apoyo, la motivación y el empoderamiento, para transformarlo en acciones positivas que no solo cambien su situación, sino la vida de otras personas.

Obstáculos en las instituciones

Pese a que el derecho al debido proceso está establecido en la Constitución de Venezuela, se creó la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público tiene una Fiscalía de Derechos Fundamentales, en el país la violación de los derechos humanos es frecuente y su exigencia se hace cada vez más difícil por los obstáculos que imponen algunos funcionarios.

En 2017 se realizaron cambios en la estructura del Ministerio Público, removiendo a la ahora ex fiscal Luisa Ortega Díaz, pero esto no fue suficiente para que los casos que se mantienen hasta ahora sean investigados y los responsables llevados a juicio.

“Nada ha cambiado en los casos que tienen documentados y a los que hace seguimiento Orfavideh. Nosotras, para impulsar las investigaciones, tenemos que estar llevando escritos y presionando a los funcionarios para que hagan su labor”, denunció Sánchez.

De los 56 casos que ha registrado y hace seguimiento Orfavideh hasta finales de 2017, son muy pocos los que han tenido algún avance en su proceso de investigación.

Para hacer seguimiento de estos casos, Orfavideh y Cofavic disponen de abogados que ayudan a los familiares a realizar los documentos para exigir respuestas, presionar a los funcionarios y activar los mecanismos necesarios para denunciar a quienes agredan física y verbal a los denunciantes.

“Cuando una víctima llega a la Fiscalía sin conocer cuáles son sus derechos y cómo es el procedimiento, los funcionarios se burlan de ella y no actúan. En cambio, cuando la persona se empodera, presiona a los fiscales y les indica cómo tienen que actuar, es que su caso es investigado”, señala Sánchez.

Los trámites burocráticos en Venezuela ocupan muchísimo tiempo y consumen demasiados recursos económicos; que en un país que atraviesa una emergencia humanitaria compleja se convierten en diligencias mucho más difíciles de hacer por los costos de los documentos, traslados, hospedaje y comida.

En la actualidad, los venezolanos deben decidir entre trabajar, hacer largas colas para tratar de adquirir algún producto que pueda cubrir su cada vez más devaluado salario o encargarse de las demás labores cotidianas. En este contexto, la dedicación de las madres miembros de Orfavideh y de Aracelis Sánchez es esencial, preciada y oportuna.

Esta dedicación y esfuerzo por defender los derechos humanos de todas las personas, en especial de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, hizo que Sánchez fuese merecedora de una Mención Especial en la novena entrega del Premio de Derechos Humanos de la Embajada de Canadá, realizada en marzo de 2018.

Al respecto, Sánchez destacó que además de su familia consanguínea tiene como nexo más cercano a las madres de Orfavideh. “Compartimos el dolor y nos entendemos, nos complementamos, siempre estamos unidas y eso no se consigue en otro lado. Con ellas me siento fortalecida”.

Quienes necesiten apoyo o ayuda para exigir las garantías de sus derechos al debido proceso y al acceso a la justicia, pueden comunicarse con Orfavideh a través del correo: orfavideh@gmail.com

 

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