Sábado, 02 de marzo, 2019

“Reem y Rawan no deben ser enviadas de regreso a Arabia Saudí; correrían grave peligro. Huyeron de allí tras reiterados abusos de familiares varones y corren un riesgo real de sufrir graves violaciones de derechos humanos si son devueltas”, ha explicado Kate Schuetze, investigadora de Amnistía Internacional sobre personas refugiadas


Las autoridades de Hong Kong no deben devolver a dos hermanas a Arabia Saudí, donde su vida correría grave peligro, ha manifestado Amnistía Internacional.

Las dos mujeres, de 18 y 20 años y conocidas como Reem y Rawan, huyeron de Arabia Saudí tras recibir reiteradas palizas de sus familiares varones y ser tratadas “como esclavas”. Llegaron a Hong Kong en septiembre del año pasado, cuando intentaban viajar a Australia. Agentes consulares saudíes les impidieron continuar su viaje en el aeropuerto internacional de Hong Kong. Las hermanas supieron posteriormente que les habían anulado el pasaporte, por lo que resultaba imposible que les ampliaran el visado para permanecer en Hong Kong.

Se les ha permitido quedarse allí en calidad de personas sin visado “toleradas”. Este periodo de tolerancia terminó el 28 de febrero. Las autoridades de Hong Kong podrían ampliarlo, lo que permitiría a las hermanas considerar opciones de reasentamiento en un tercer país.

“Reem y Rawan no deben ser enviadas de regreso a Arabia Saudí; correrían grave peligro. Huyeron de allí tras reiterados abusos de familiares varones y corren un riesgo real de sufrir graves violaciones de derechos humanos si son devueltas”, ha explicado Kate Schuetze, investigadora de Amnistía Internacional sobre personas refugiadas.


“Las autoridades de Hong Kong tienen el deber de permitir a Reem y Rawan quedarse en Hong Kong o dejarles viajar a un país donde estén a salvo y puedan solicitar asilo. La vida de las hermanas corre peligro si las autoridades de Hong Kong con cumplen con sus responsabilidades.”

Se enfrentarían a cargos penales por haber abandonado sus hogares sin el permiso de su tutor varón, obligatorio según la represiva legislación sobre la tutela masculina, así como por salir de país y por renunciar al islam. En Arabia Saudí, la “apostasía” es un delito grave, penado con la muerte. Las dos hermanas temen también sufrir violencia física y represalias de sus familiares varones.