Viernes, 26 de julio, 2019
Montilla, Evelyn

Es importante resaltar que el Estado es quien debe brindar las condiciones estructurales y académicas para que los niños y niñas puedan disfrutar de una educación libre de violencia. Son necesarios los entornos seguros para que se obtenga un aprendizaje cooperativo, significativo de inclusión y no discriminación, sin olvidar la garantía de gratuidad y de igualdad propios de la educación. Más aún cuando existen tantos factores como el acceso a la alimentación y a la salud que interfieren con la calidad formativa de nuestros alumnos y alumnas.


Han sido muchos los factores sociales que dificultaron y desmotivaron a los docentes durante este año escolar. La crisis económica y social por la que atraviesa Venezuela ha generado dificultades en la alimentación, el transporte y la inseguridad, a muchos de estos problemas se enfrentaron los docentes, estudiantes, padres y representantes; afectando de forma general a las familias venezolanas e influyendo directamente en el buen desempeño de nuestros niños y niñas en su proceso educativo.

 A pesar de todo esto, existen docentes realmente comprometidos y deseosos por implementar un cambio en la sociedad para construir una Venezuela más justa, incluyente y prospera; docentes que están dispuestos a mejorar su preparación; docentes que, con amor y vocación de servicio dan lo mejor cada día. Es por eso que durante este año escolar desde Amnistía Internacional Venezuela, a través del equipo de Educación en Derechos Humanos no se ha parado de sumar en esfuerzos para brindarle a los docentes formación constante con el fin de que desarrollen habilidades y competencias necesarias para generar programas educativos paralelos que busquen  promover la igualdad, la dignidad y el respeto a los derechos humanos, así como a erradicar la violencia dentro de los espacios educativos donde ellos ejercen su profesión.

Nos complace el trabajo que hemos realizado con estas formaciones, sabemos que estos docentes, están preparados para generar metodologías de aprendizaje que faciliten la sana convivencia y la resolución pacífica de controversias en sus aulas de clase con perspectiva en derechos humanos. Sin embargo, es importante recordar que hacer prevención contra la violencia escolar no sólo es responsabilidad de los docentes, también es necesario que la institución educativa aplique políticas de prevención y acción en contra del acoso escolar y garanticen la sana convivencia entre los miembros de una sociedad educativa.

De igual forma es importante resaltar que es el Estado quien debe brindar las condiciones estructurales y académicas para que los niños y niñas puedan disfrutar de una educación libre de violencia. Son necesarios los entornos seguros para que se obtenga un aprendizaje cooperativo, significativo de inclusión y no discriminación, sin olvidar la garantía de gratuidad y de igualdad propios de la educación. Más aún cuando existen tantos factores como el acceso a la alimentación y a la salud que interfieren con la calidad formativa de nuestros alumnos y alumnas.

Muchos docentes siguen haciendo un gran esfuerzo a diario para seguir luchando por la transformación de la sociedad. Son estos maestros con vocación los que creen en un futuro, en un cambio para la humanidad y se esfuerzan a diario por generar los cambios que tanto anhelan desde sus espacios en las aulas de clase en donde comienzan a rescatar espacios de sano aprendizaje.

Hoy queremos resaltar la hermosa labor de la profesora María Gabriela Rivas Ferrer quien pertenece a nuestra Red de Facilitadores contra el Acoso Escolar con Perspectiva de Derechos humanos y se desempeña como docente en la Unidad Educativa Agustín Zamora Quintana de la Parroquia San Juan de Caracas; junto a otras compañeras de trabajo realizaron durante este año escolar varias actividades en pro de la convivencia pacífica dentro de la institución educativa; es importante señalar que se realizaban conversatorios, trabajaron con material fotocopiable para colorear, lecturas, reflexiones, mini carteles, etc. Actividades que estuvieron orientadas en la Educación en Derechos Humanos con el propósito de empoderar a los alumnos a fin de que realizaran acciones colectivas: fomentando entornos de aprendizaje constructivos en los que se cultiven la libertad de expresión, la participación activa y el análisis crítico, cada una de las estrategias aplicadas estaban enmarcadas en una educación participativa para motivar e inspirar a los niños y niñas participantes a  luchar por  la igualdad, la no discriminación, el respeto y accionar a otros a vivir en un mundo de derechos humanos.

Para su cierre de año escolar, nos comentan que pintaron camisas con mensajes alusivos a uno de los temas trabajados; haciendo énfasis en el entusiasmo que tenían los niños y niñas en cada una de las actividades resaltando que lograron involucrar a toda la comunidad educativa de la institución en la presentación; donde cada estudiante elaboró un cartel con emociones o sentimientos que lastiman a los niños y jóvenes que son víctimas de acoso escolar, entonando juntos una canción con el mensaje “es tiempo de cambiar odio por Amor”.  Los niños, niñas y adolescentes deben ser felices, sentirse, protegidos(as), en un entorno libre de violencia escolar; ser capaces de construir su propio aprendizaje en libertad y armonía; contar con personas que les inspiren a desarrollarse como ciudadanos de modo que les interese el país y su misión en el mundo; que les incentive desde pequeños a pensar y actuar con ética, a desarrollar competencias y a trabajar en equipo. Gracias a todos y todas las docentes comprometidas con la educación por su empeño y dedicación en construir una mejor sociedad

Más allá de todo, los Estados tienen la obligación de garantizar que los educadores cuenten con las herramientas necesarias, salarios y condiciones dignas para llevar a cabo su trabajo en armonía, así como capacitarles y evaluarles con el fin de asegurarse que la educación, derecho humano fundamental, está siendo impartido correctamente